To remember is to live again - initiative to pass through the heart again / Recordar es volver a vivir - iniciativa Volver a pasar por el corazón (eng-esp)

Hello, friends of Holos & Lotus

Our friend @damarysvibra has made me nostalgic with her Pass Through the Heart Again initiative.
And yes, I could give hundreds of examples of sad or unpleasant things, since they're the ones that always stay with me and stick the hardest. However, those weren't the ones I chose, because, as she rightly says, if I remember them, I might run the risk of repeating the emotions I felt at those moments. And I don't want to do that, nor do I want to put you through that.
I prefer to talk about pleasant things.

So I'll talk about the sea and I'll talk about the sunset.

As I've already told you, there's no ocean in Las Tunas. However, the ocean is a common sight for those who live in the coastal municipalities of Havana and, well, the rest of the country, since Cuba is an island.
As the saying goes, "You don't know what you have until it's gone," and I experienced this experience myself. When I moved to Las Tunas, I felt like something was missing. I felt fine, but something was missing, and that was the ocean. It was precisely @elviguitarra, another Havana resident who had gone through the same thing, who made me realize it.

And it's not just the ocean, but also the combination of colors of the sunset and even the sunset itself. Things I always had in front of me and didn't know how to appreciate. It was when I came to Havana for the first time with my stepchildren that I saw and felt it.
Not only did I experience it firsthand, but I saw myself reflected in them, who sat every day to witness this daily miracle of the sunset. It wasn't until that moment that I realized how blessed I was to have this spectacle within my reach, and how insensitive? Ungrateful? I don't know how to describe it.
However, my children, artists after all and natives of a city without sunsets, didn't miss a moment.

I was even a little envious. They were discovering and experiencing it for the first time with that hunger of the artist, who wants to immortalize every sensation. Of the one who never tires of beauty.
And if it's a natural and almost magical beauty like the sunset, even more so.
That's why this initiative has reminded me of those moments. Now I'm in Havana again and without them, and I sat down to enjoy the sunset, and it reminded me of them. It's wonderful how you can see the way the sun sets into the sea and the colors are drawn on the sea and the sky, while the remaining light creates dark silhouettes on the city's buildings.

Thousands of artists have immortalized thousands of sunsets throughout history. There's something magical, beautiful, and wonderful behind this event. But it takes sensitivity to appreciate it in all its magnitude. Nature gave it to me every day since I was a child, and I never appreciated it.
It wasn't until I lost it that I realized what I had. It wasn't until someone who never had it saw it that they showed me what I was missing.
This almost artistic event will always be in my heart. The image of my children sitting on the roof will always live among the most precious memories of my life.

Versión en español

Hola, amigos de Holos & Lotus

Nuestra amiga @damarysvibra ha conseguido que me ponga nostálgico con su iniciativa Volver a pasar por el corazón.
Y sí, podría poner cientos de ejemplos de cosas tristes o desagradables, ya que son las que siempre quedan y pegan con mayor fuerza. Sin embargo, no fueron esas las escogidas por mí, debido a que, como bien dice ella, si las recuerdo, podría correr el riesgo de repetir las emociones que sentí en aquellos momentos. Y eso no quiero hacerlo ni tampoco hacerles pasar por eso a ustedes.
Prefiero hablar de cosas agradables.

Así que hablaré del mar y hablaré de la puesta del sol.

Como ya les he dicho, en la ciudad de Las Tunas no hay mar. Sin embargo, el mar es algo habitual para los que viven en los municipios costeros de La Habana y, bueno, del resto del país, ya que Cuba es una isla.
Como reza el dicho uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde y yo viví este hecho. Cuando me mudé a Las Tunas, sentía que algo me faltaba. Me sentía bien, pero algo me faltaba y eso era el mar. Fue precisamente @elviguitarra, otra habanera que había pasado por lo mismo, quien me lo hizo ver.

Y no solo es el mar, sino también la combinación de colores del ocaso y hasta el ocaso en sí. Cosas que siempre tuve delante de mí y no supe valorarlas. Fue cuando vine por primera vez con mis hijastros a la Habana que lo vi y sentí.
No solo lo viví en carne propia, sino que me vi reflejado en ellos dos, quienes cada día se sentaban a presenciar este milagro cotidiano del ocaso. No fue hasta ese momento en que me di cuenta de lo dichoso que era de tener este espectáculo a mi alcance y de lo ¿insensible? ¿desagradecido?, no sé cómo describir lo que era.
Sin embargo, mis niños, artistas al fin y nativos de una ciudad sin ocasos, no se lo perdían ni un momento.

Me daba hasta cierta envidia. Lo estaban descubriendo y viviendo por primera vez con esa hambre del artista, que quiere inmortalizar cada sensación. Del que no se cansa de la belleza.
Y si es una belleza natural y casi mágica como la puesta del sol, más todavía.
Por eso esta iniciativa me ha recordado esos momentos. Ahora estoy en la Habana de nuevo y sin ellos, y me senté a disfrutar del ocaso y me recordaron a ellos. Es una maravilla cómo se puede ver la manera en que el sol se esconde en el mar y los colores se dibujan en el mar y en el cielo, mientras que la luz restante crea siluetas oscuras en los edificios de la ciudad.

Millares de artistas han inmortalizado otros millares de puestas de sol a lo largo de la historia. Algo mágico, hermoso y maravilloso hay tras este suceso. Pero es necesario tener la sensibilidad para poder apreciarlo en toda su magnitud. La naturaleza me lo regalaba cada día desde niño y nunca lo valoré.
No fue hasta que lo perdí que me di cuenta de lo que tenía. No fue hasta que el que nunca lo tuvo lo vio, que me enseñó lo que me estaba perdiendo.
Este hecho casi artístico siempre estará en mi corazón para siempre. La imagen de mis niños sentados en el tejado siempre vivirá entre los recuerdos más preciados de mi vida.