Forbidden to forget / Prohibido olvidar #tbt (eng-esp)

Hello, friends of memories at Hive.

Today I'm bringing you a #TBT from a very complicated global period: the years of the Covid-19 pandemic.
I remind you that I'm a writer and coordinator of two literary projects.

One is the High Literature Group. The other is the Fantasy and Science Fiction Literature Workshop "Open Space," which I'll tell you about today.

It's no secret that during the first months of the pandemic, almost no one could go out. And those who did, took a thousand precautions and tried to solve everything in a single trip. Those were years of great tension, stress, fear, and depression worldwide.
The lockdown sickened almost as many people as Covid-19 itself, only psychologically.
We artists, the creators, were also affected, only to a lesser extent because we have an escape route: art.
For this reason, we created the literary workshop via WhatsApp.

Previously, we met every other Sunday at the Playa Cultural Center to read and discuss the stories we had brought. When the pandemic hit, we had to stop seeing each other, but that didn't mean we stopped writing.

Very good stories and books came out of that time when almost everyone had a lot of free time at home.
We just needed that interaction with other writers, the exchange of ideas.
However, in mid-2020, around this time of year, we resumed in-person meetings.

Taking measures such as keeping our masks on at all times and, as much as possible, sitting a meter and a half away from each other.

Of course, when there were too many of us, we couldn't do that, due to space issues and the lack of audio. The readings were done orally.
Only those reading were allowed to remove their masks, but they sat far away from everyone else, at a safe distance, and, being outdoors, the risk of infection was practically zero.

And so it was. No one in the group contracted the virus, and we endured that hellish time for the entire planet. However, as the months passed and the economy deteriorated (also a consequence of Covid-19), we gradually stopped meeting to read.

Something that saved our psyches, we let it die to deal with financial matters. At a time when we could meet without restrictions, we chose to stay online.

Until this year, we couldn't take it anymore and decided to get together again.
And it was a success. So much so that we're now looking forward to the next literary workshop on October 31st: Halloween.

I'm bringing up the topic of Covid-19 to remind us that we must take care of ourselves. The virus hasn't disappeared; it's still out there. It's just that the vaccines have taken effect. But we no longer see people with gel bottles disinfecting their hands and surfaces. Nor do we see people with a cold or other respiratory illness wearing a face mask.

Many seem to have forgotten how fragile our society is and how it was nearly destroyed by that terrible virus.
Let us remember the fallen and those who saved us. Let us pay them our daily tribute by protecting each other to prevent another pandemic. The world is still suffering the consequences of the previous one.

Luckily for everyone, we still have art and many things to tell.
I'm really looking forward to the next literary workshop on October 31st. It will be wonderful to see my friends again.

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Versión en español

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Hola, amigos de los recuerdos en Hive.

Hoy les traigo un #TBT de un periodo mundial bien complicado: los años de la pandemia del Covid-19.
Les recuerdo que soy escritor y coordinador de dos proyectos literarios.

Uno es el Grupo Alta Literatura. El otro es el Taller de Literatura Fantástica y de Ciencia Ficción “Espacio Abierto”, del que les hablaré hoy.

Para nadie es un secreto que durante los primeros meses de pandemia, casi nadie podía salir a la calle. Y los que lo hacían, iban con mil precauciones y trataban de resolverlo todo en un solo viaje. Fueron años de mucha tensión, estrés, miedo y depresión a nivel mundial.
El confinamiento enfermó a casi tantas personas como el propio Covid-19, solo que de manera sicológica.
Nosotros los artistas, los creadores también nos vimos afectados, solo que en menor manera porque tenemos una vía de escape: el arte.
Por tal motivo creamos el taller literario por WhatsApp.

Anteriormente nos encontrábamos todos los domingos alternos en la Casa de Cultura de Playa para leer y debatir los cuentos que llevábamos. Al llegar la pandemia, tuvimos que dejar de vernos, pero no por eso dejamos de escribir.

Muy buenos cuentos y libros salieron de esa época en la que, casi todo el mundo, tenía mucho tiempo libre en casa.
Solo que nos faltaba aquel roce con los demás escritores, el intercambio de ideas.
Sin embargo, a mediados del 2020, por esta época de aquel año, retomamos los encuentros presenciales.

Tomando medidas como la de mantenernos el nasobuco puesto en todo momento y, en la medida de lo posible, sentarnos a metro y medio los unos de los otros.

Por supuesto que eso, cuando éramos demasiados, no podíamos cumplirlo, por una cuestión de espacio y que no teníamos audio. Las lecturas eran a viva voz.
Los que iban a leer eran los únicos autorizados a retirarse el nasobuco, pero se sentaban lejos de todo el mundo, a una distancia segura y, al estar al aire libre, el riesgo de contagio era prácticamente nulo.

Y así fue. Nadie del grupo se contagió con el virus y pasamos esa época infernal para todo el planeta. Sin embargo, con el paso de los meses y el deterioro de la economía (también una secuela del Covid-19) poco a poco dejamos de reunirnos a leer.

Algo que nos salvó nuestra siquis, lo dejamos morir por andar en asuntos económicos. En la época en que podíamos reunirnos sin restricciones, lo que optamos fue por mantenernos de forma online.

Hasta que ya, este año, no pudimos más y decidimos volver a reunirnos.
Y fue un éxito. Al punto que ahora esperamos el próximo taller literario del 31 de octubre: Halloween.

Traigo el tema del Covid-19 para recordar que debemos cuidarnos. El virus no desapareció, sigue por ahí. Solo que las vacunas han hecho su efecto. Pero ya no vemos a las personas con los pomos de gel desinfectando las manos y las superficies. Como tampoco vemos a personas con catarro u otra afección respiratoria, utilizando el nasobuco.

Ya muchos parecen haber olvidado lo frágil que es nuestra sociedad y cómo se vio casi destruida por aquel virus terrible.
Recordemos a los caídos y a los que nos salvaron. Rindámosle el homenaje diario de protegernos mutuamente para evitar otra pandemia. El mundo aún sufre las consecuencias de la anterior.

Por suerte para todos, aún nos queda el arte y muchas cosas que contar.
Espero con muchas ilusiones al próximo taller literario del 31 de octubre. Será maravilloso reencontrarme con los amigos.