REMEDIOS PARA EL ALMA (63)

"Primera parte"

Hola, en realidad no nos conocemos, y como todo inicia porque alguno de los dos decida comunicarse con el otro, aquí vamos. Elijo conscientemente hacer mi mejor intento para que nazca, por medio de esta vía de comunicación, y así, ir observando si florece una sincera e inagotable amistad entre nosotros.

Aunque estoy consciente de que tan solo es una forma de decir "nací ciego" y cuando al fin pude apreciar lo que veía, era simplemente la realidad que me inculcaron y decidieron mostrarme porque ella era la que mis progenitores decidieron como mejor para ellos mismos. Y me la inculcaron con lujo y detalles, hasta con un dejo de tradición, de sucesión familiar consanguínea.

En esa primera etapa, no podía elegir más que aprender, equivocarme y seguir aprendiendo con miles de "¿Por qué?". Alguien dijo alguna vez: "Caminante, no hay caminos, se hace camino al andar". No importa dónde estemos parados; creo que aprender es lo único que será una constante en nuestras vidas y tan importante como respirar. Piénsalo: desde que nacimos con cero conocimiento de lo que nos pasaría, hasta que moriremos y no sabemos qué pasará.

También creo que, de una u otra forma, nos trabamos mil veces en eso de aprender, y tal vez sea porque desconocemos el proceso básico del aprendizaje. Deberíamos, en un principio, tener en claro qué queremos que nos pase o tal vez qué no queremos que nos pase. Tener un anhelo, un sueño, una visión, una necesidad de urgencia, una meta a conseguir.

Y después tomar plena conciencia del espacio que hay entre esa meta y la realidad actual que hoy estamos viviendo. Para luego, bien despiertos, sin mentirnos, declararnos temporalmente incompetentes de poder realizarla y comprometernos sincera y honradamente con el aprendizaje.

Para lo cual tendríamos que adquirir el compromiso de querer hacer más de lo que vinimos haciendo hasta el momento. Reconocernos como unos principiantes. Si duele, pero vamos a tener que bajarnos de nuestro pony de madera que, aunque nos mueve, o mejor dicho nos acuna, no nos lleva a ningún lado.

Autorizarnos a cometer errores y buscar inmediata ayuda de un maestro o coaching, y darle autoridad plena para que nos guíe. Y por último, asignar las horas o días y los recursos que sean necesarios por el tiempo suficiente para practicar bajo su estricta supervisión.

"Por supuesto, esto es útil si hay algo que tu corazón o tu mente no ha podido alcanzar." Deberías anotarlo, porque eso será la gasolina que te moverá, tu automotivación, tuya y solo tuya sin influencia de terceros es lo que tu quieres para tí. Sin una meta, simplemente no hay dónde ir y mucho menos dónde llegar.

Por ende, no hay por qué movernos, y terminaremos reaccionando como los animales, buscando placeres inmediatos y evitando las dificultades. No pelearemos poniendo todo de nosotros como seres humanos razonables, contra nuestras malas actitudes, nuestra propia vagancia e ignorancia.

Sin una meta, no tendremos un criterio bien definido de qué nos aleja o nos acerca a nuestro objetivo. Creo que es imperioso recalcar que si uno no se compromete en serio con su meta hasta el punto de involucrarse, o sea, tomar acción para alcanzarla, habrá vacilaciones, posibilidades de echarse para atrás, o ser ineficiente para alcanzarla permanentemente.Todo esto forma parte del mismísimo proceso de aprender a aprender.

Sea cual sea tu meta, por favor comienza ya. "Ser audaz y lanzarse a edificar ese nuevo proyecto te atraerá ingenio, poder y magia."
"CONTINUARA..."

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