Criaturas de la noche: El heraldo de la niebla

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Hace mucho tiempo, en una aldea lejana, vivió una joven llamada Camila, una chica muy extrovertida que destacaba por su carisma y su curiosidad inquebrantable. Un día, ella decidió a visitar a su abuela después de leerse el cuento infantil de caperucita azul.

Sin embargo, la casa de su amada abuela quedaba al otro lado del temido Bosque del demonio, un lugar en el que los asustadizos no son bienvenidos. Así que con la frente en alto, Camila emprendió su camino sin temor a lo que pudiera encontrar en ese misterioso lugar.

Las leyendas hablaban de un secreto sobre una criatura mágica llamada “el Heraldo de la Niebla” que yacía oculta en alguna parte del bosque, pero también advertían sobre un demonio de corazón oscuro que rondaba entre los árboles.

Mientras la niña caminaba a través del sendero, el sol brillaba en lo alto del cielo. Sin embargo, de repente algo extraño empezó a ocurrir: la luz comenzaba a desvanecerse. El cielo se tornó negro, la oscuridad había consumido el firmamento y la neblina emergió del sur.

La niebla cubrió todo lo que estuviera a la vista, se esparcía y brillaba como la luz lunar. Lo que había sido un hermoso sendero se convirtió en un manto gris que brillaba con luz fantasmal.

El miedo empezó a apoderarse de la joven e incrédula Camila. Con cada paso apresurado que daba, la atmósfera se tornaba más inhóspita, y un silencio inquietante se apodero del bosque.

De pronto, detrás suya, un estruendo se escucho a través de los árboles, y una sombra colosal apareció, se acercaba desde el norte lentamente: se aproximaba a la pobre joven.

Su corazón latía con fuerza mientras esa sombra se acercaba con pasos lentos, el terror se adentro en su pecho. Esa criatura hacia temblar la tierra, Camila no podía moverse o respirar.

Era un monstruo de proporciones gigantescas, como un titan, se detuvo justo frente a ella. Tenía ojos rojos tan brillantes como dos antorchas encendidas, su aspecto era idéntico al de un demonio con cuernos. Camila sintió un miedo intenso, su corazón retumbo hasta detenerse. La criatura la observó con intensidad, como si estuviera observando el interior de su alma.

No hizo nada más que quedarse quieto, y en un instante, el monstruo fue envuelto por la neblina que cubría el área. Este se convirtió en neblina para desaparecer en el viento, Camila cayó de rodillas en el suelo, inhalando y exhalando frenéticamente.

La criatura se desvaneció en una neblina suave que se llevó consigo la desesperación, dejándola sola en el bosque...

Despues de varios minutos, la luz del sol regreso de nuevo. Camila finalmente tomo valor para levantarse del suelo.

Más tarde, al llegar a la casa de la abuela, encontró a la anciana esperándola con preocupación en su rostro. Camila se apareció pálida y con un rostro aterrado. Estaba catatónica, no podía explicar lo que había vivido, su encuentro con el heraldo la había marcado, y aunque había sobrevivido, nunca volvería a ser la misma.