The devil knows more because he's old... / Sabe más el diablo por viejo... (eng-esp)

Hello, friends.
Thank you for the invitation to participate in this 7th Day initiative, created by @emiliorios.
My grandmother always said that the devil knows more because he's old than because he's the devil.
As a child, that made me laugh a lot. Because when she said that, I imagined the devil with her face or my grandfather's.
My grandparents were the classic happy couple. They always hung out together, laughed together, fought together, but I never saw them contradict each other once.
Although this may seem like a contradiction.
Many times, before telling me something important, whether it was a lesson or a warning, they would look at each other and then look at me. Then, one of them, usually my grandmother, would speak to me.

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It seemed to me as if, over the years, they had acquired the ability of telepathy.
That was back then. Now that I'm almost as old as my grandparents were back then, I realize that they shared the same wisdom.
Sometimes I'm proud that my wife and I share certain habits that I saw in them.
For example, sometimes my grandmother needed something, and without saying anything, my grandfather would come and give her or do what she needed.
When I was young, I didn't understand why or how this happened, but after 30 years of marriage, I know it's due to the mutual understanding and unity of the couple.

I learned something very important from my grandmother: no one learns from someone else's mistakes. She was always a woman far ahead of her time, which brought her problems in some ways and many benefits in others.
One of her qualities was that she gave me a lot of freedom of choice. She always had a lesson to teach, and when she saw me heading straight for mistakes, she would sit me down and explain step by step why I shouldn't do what I was going to do.
However, if I decided to ignore her advice, she would simply shut up and tell me I was grown up.

Of course, when she saw she was right, she just laughed and helped me get back on the right path.

She never boasted about being right; she simply helped me.

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My grandfather passed on all these life lessons to my grandmother. His field of learning and expertise lay in women and business.
My grandfather was a true British gentleman. He was a true Caribbean English lord. Always impeccably dressed and exquisitely polite.
I don't remember ever seeing him raise his voice to anyone, in any way.
I remember that once he took me to a park and that day he taught me everything I needed to know to win a woman over.
Above all, he taught me what I should never do. I think sometimes that's more important than knowing what to do.

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But what I learned most from them is the importance of teamwork. My grandparents were a perfectly synchronized and efficient team.
Being very old, they spent most of their time at home, sitting in their armchairs. However, from there, they controlled everything.
Another of their most important characteristics was that they almost always had a book in their hands. Not just fiction or poetry, but also science books, essays, or anything else. The point was to educate oneself and never stop reading and learning.
My grandparents were unique and an example of perfection.

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*Leer en español

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Hola, amigos.
Gracias por la invitación a participar en esta iniciativa del 7mo día, creada por @emiliorios.
Mi abuelita siempre decía que sabe más el diablo, por viejo, que por diablo.
A mí aquello, cuando niño, me daba mucha risa. Pues cuando decía eso, me imaginaba al diablo con la cara de ella o la de mi abuelo.
Mis abuelos eran el clásico matrimonio feliz. Siempre andaban juntos, reían juntos, peleaban juntos, pero lo que nunca vi contradecirse ni una vez.
Aunque esto parezca una contradicción.
Muchas veces, antes de decirme algo importante, ya sea una enseñanza o un llamado de atención, se miraban el uno al otro y luego me miraban a mí. Luego, uno de ellos, generalmente mi abuela, era la que me hablaba.

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Me parecía que era, como si con los años, hubieran adquirido la habilidad de la telepatía.
Eso era aquel entonces. Ahora cuando ya casi tengo a la edad de mis abuelos en aquel entonces, me doy cuenta que lo que ellos compartían era la misma sabiduría.
En ocasiones me enorgullezco de que mi esposa y yo compartimos ciertas costumbres que yo veía en ellos.
Por ejemplo, a veces mi abuela necesitaba algo y sin decirlo, llegaba mi abuelo y le daba o hacía, lo que ella necesitaba.
Cuando joven no me daba cuenta de por qué o cómo sucedía esto, pero ya después de 30 años de matrimonio, sé que se debe a la compenetración y unión de la pareja.

De mi abuela aprendí algo muy importante y es que nadie escarmienta por cabeza ajena. Ella siempre fue una mujer demasiado adelantada a su tiempo. Lo que le trajo problemas por algún lado y muchos beneficios por otro.
Una de sus cualidades era que me dejaba mucha libertad de elección. Ella siempre tenía una enseñanza que dar, y cuando me veía ir de cabeza al error, me sentaba y me explicaba paso a paso por qué no debía hacer lo que iba a hacer.
Sin embargo, si yo decidía ignorar su consejo, ella sencillamente, se callaba y me decía que ya yo era grande.
Por supuesto, al ver que ella tenía razón, solamente se reía y me ayudaba a retomar el buen camino.
Nunca alardeó de haber tenido la razón, sencillamente, se limitaba a ayudarme.

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Mi abuelo le dejaba todas estas enseñanzas de la vida a mi abuela. Su campo de enseñanza y experticia, se encontraba en las mujeres y en los negocios.
Mi abuelo era todo un caballero británico. Era todo un Lord inglés caribeño. Siempre vestido impecablemente y con una educación exquisita.
No recuerdo haberlo visto jamás levantar la voz a nadie y en ningún sentido.
Me acuerdo que una vez me llevó a un parque y ese día me enseñó todo lo que tenía que saber para conquistar a una mujer.
Sobre todo, me enseñó lo que nunca debía hacer. Creo que a veces, eso es más importante que saber lo que debemos hacer.

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Pero lo que más aprendí de ellos, es la importancia del trabajo en equipo. Mis abuelos eran un equipo perfectamente sincronizado y eficiente.
Al ser muy viejitos, pasaban en la mayor cantidad de tiempo en casa y sentados en sus sillones. Sin embargo, desde ahí controlaban todo.
Otra de sus características más importante, era que casi siempre tenían un libro en la mano. No solamente de literatura de ficción o poesía, sino también de ciencias, ensayo o que cualquie cosa. El asunto era instruirse y nunca dejar de leer y aprender.
Mis abuelos eran únicos y un ejemplo de perfección.