Encajar, pero a qué costo

Hola amigos de @holos-lotus es un gusto para mi volver a sumarme a una de las iniciativas propuestas en la comunidad, esta vez por la amiga @charjaim que nos vuelve a atrapar en otro tema polémico.

La sociedad tan compleja y discriminatoria, nos busca moldear a tal forma que en vez de ser personas seamos robots que cumplen determinados patrones con el fin de agradar, de encajar, de satisfacer necesidades que ni en primera instancia sabemos que tenemos que llenar, cumplir.

Emitir criterios sobre una persona sin conocerla, sin ni siquiera interesarte por su historia, por lo que ha vivido o lo que lucha en el momento, es de las cosas más crueles que hace la sociedad. Siempre hay alguien despotricando y creyéndose juez por encima de los demás. Conocer la historia de una persona y aún así juzgarla tampoco nos da derecho, se quiere ver siempre la paja en el ojo ajeno sin darnos cuenta que llevamos una viga dentro.

Lo que piensen los demás de mi ya dejó de importarme hace mucho, pero debo reconocer que el camino es amplio, engorroso, con muchas piedras, en cambio, la meta es genial, te das cuenta que solo te necesitas a ti, y nada más, para corregirte, amarte y en base a lo que quieres lograr juzgarte tú y proponerte cambios.

Recuerdo que me llevaba mucho por las opiniones de los demás en cuanto a apariencia física y es que las personas a veces no saben ya de que hablar, se quedan sin temas de conversación y es ahí cuando comienzan a juzgar al mundo.

Para mi cumpleaños #15 tenía una serie de personas a mi alrededor insistiéndome muchísimo para que rebajara, pues sino ”no me quedarían los vestidos” ”no hay quinceañeras gordas” ” es mejor ser delgada” ”si rebajo me vería más bonita”. Para mi mamá tenía que rebajar un poco, mi papá me veía bien así, mi hermano es especialista en bulling, los fotógrafos no querían ni opinar, la estilista me decía que si rebaja un tin ya, mis amigas que por qué no rebajé antes y entre todos ellos solo me podía sentir de una forma: harta, muy harta.

Ya no podía más, sus críticas me tenían hasta el punto de explotar de forma literal, sentía que era demasiada presión para mi. A veces entre tantos criterios se olvidan del más importante y es el que tiene cada uno de forma individual, para la sociedad ese no importa, va más como a segundo plano o tercero, un plano que para ellos no existe y es porque su verdad es absoluta.

En aquel momento me di cuenta que la cuestión no radicaba en si rebajaba o no, estaban en qué me parecía a mí, mi cuerpo, mi figura, y yo la veía bien/ la veo bien, y eso me bastaba. Soy fiel creyente que una opinión, o dos, tres, las que sean, x, no pueden cambiar la percepción que tengo de mí como persona y es ahí cuando me llena de orgullo tener decisión propia y no ser marioneta de una sociedad que consume, ahoga.

Hace algunos años rebajé mucho y es que fue sin planearlo, estuve pasando por varios problemas de salud y rebajar vino solo, y dije: bueno, me gusta también este peso, cuando estaba totalmente sana, no quise volver a engordar tanto, quería mantenerme así, y qué fue entonces lo que decían: "ahora parece enferma” ”ya no es ella” ”nada que ver con esa Samantha” ”no se parece en nada” “ay que horrible.”

Y es ahí que dices: OMG, ni modo con la gente.

Elijo ser feliz por encima de todas las cosas, dejar a la sociedad de lado y vivir mi propia burbuja, esto cuesta muchísimo y es que no podemos negar que pertenecemos a una sociedad, que estamos directamente en una, que pese a ser perjuiciosa no podemos andar en el aire, pero si tenemos que estar claros de quiénes somos, qué queremos lograr y sobre todo: que nuestra felicidad no puede depender de otros.

No critico al que quiere encajar, sólo pregunto: ¿a qué costo?

Me gustaría invitar de forma especial a mi amigui @leibys012 y al crack @claudiocruz a compartir un poco de este tema.

Todas las fotos son de mi propiedad. Un abrazo!!!