Desconexión total | Total disconnection

22 days ago

Nunca había tenido la experiencia en un retiro espiritual y definitivamente cuando me invitaron a uno no dudé en decir: sí.

El día a día te puede llegar a consumir es por eso que la mente siempre busca refugiarse en pasatiempos, algún hobby. En mi caso tengo muchas formas de escapar de la realidad; a través de canciones, salidas, un buen libro, hasta una llamada con alguien especial.

Este año ha sido, como todos un vaivén de emociones, han sido días, meses repletos de cambios, vueltas que da la vida y reacciones que ni siquiera esperabas. Este año tuvo algo diferente, he sentido que ha significado mucho, más que otros, y quizás es que cada día tengo más responsabilidades, ya hay menos tiempo libre y entre tantas vueltas se vuelven pocos los respiros.

Desconectarme del mundo era sin duda alguna lo que necesitaba cuando me fui una semana a Loma Blanca por un retiro espiritual para jóvenes.

Al principio me asustó un poco la idea de pasar tanto tiempo con personas que ni conocía bien, uno de mis hermanos también iría, pero igual éramos 70 jóvenes y tampoco pretendía estar todo el día pegada a él, la idea estuvo rondando porque a veces me limito muchísimo a la hora de socializar, y solo al inicio, porque cuando decido socializar soy puro azúcar.

Cuando llegó el día de partir para el campamento todo pensamiento intruso desapreció, cuando llegué a Loma blanca ya no había duda que tomé la decisión correcta. El lugar te brinda la tranquilidad necesaria para retirarte literalmente, solamente con estar rodeada de muchos árboles ya es suficiente para que la naturaleza te atrape, sane y te de nuevas fuerzas.

El retiro tenía tres objetivos primordiales, conectarte con Dios, con la naturaleza y con las personas que te acompañaban.

Definitivamente estando allí tuve más tiempo para pensar en las cosas que hago y las que no hago del agrado de Dios, tuve tiempo para replantearme mi vida y plantearme nuevos proyectos. Las personas que estaban allí te recordaban al Señor en cada segundo, no había maldad, era todo con el objetivo de buscar una verdadera desconexión.

Teníamos una programación para cada día, que si bien no era que teníamos que regirnos al pie de la letra, era algo que se había planificado y que todos estuvimos de acuerdo. Se dedicaron días enteros a estar en el río, otros días a juegos deportivos y de mesa. Se hacían bromas cada dos por tres y otros días hacíamos de exploradores por todo el Campamento en busca de vistas cada vez más hermosas.

Del retiro me llevé amistades increíbles, confraternizar con todos o casi todos se volvió la tarea más fácil. No puedo decir que tuve el placer de compartir con cada uno y es que eso sería tarea imposible pero sí que hice afinidad con chicos increíbles, amigos que sin duda alguna convirtieron la experiencia en algo inolvidable.

El retiro espiritual me sirvió para almacenar recuerdos imborrables, olvidar la rutina por unos días, reír el doble de lo que siempre hago, llenar mi barrita de energías y que esta, esté así para varios días, crecer como persona y sobre todo, encontrarme conmigo misma.

Todas las fotos son de mi propiedad

English

I had never had the experience in a spiritual retreat and definitely when I was invited to one I did not hesitate to say: yes.

The day to day can get to consume you that's why the mind always seeks refuge in hobbies, some hobby. In my case, I have many ways to escape from reality; through songs, outings, a good book, even a call with someone special.

This year has been, like everyone else, a swing of emotions, there have been days, months full of changes, turns that life gives and reactions that you didn't even expect. This year had something different, I have felt that it has meant a lot, more than others, and perhaps it is that every day I have more responsibilities, there is already less free time and between so many laps the respites become few.

Disconnecting from the world was undoubtedly what I needed when I left for a week to Loma Blanca for a spiritual retreat for young people.

At first I was a little scared of the idea of spending so much time with people I didn't even know well, one of my brothers would also go, but we were still 70 young people and I didn't intend to be stuck with him all day either, the idea was around because sometimes I limit myself a lot when it comes to socializing, and only at the beginning, because when I decide to socialize I am pure sugar.

When the day came to leave for the camp all intrusive thoughts disappeared, when I arrived at Loma Blanca there was no doubt that I made the right decision. The place gives you the necessary tranquility to literally retire, just being surrounded by many trees is enough for nature to catch you, heal and give you new strength.

The retreat had three main objectives, to connect with God, with nature and with the people who accompanied you.

Definitely being there I had more time to think about the things I do and the things I don't like God, I had time to rethink my life and consider new projects. The people who were there reminded you of the Lord every second, there was no evil, it was all with the aim of seeking a true disconnection.

We had a schedule for each day, which although it was not that we had to follow to the letter, it was something that had been planned and that we all agreed on. Whole days were devoted to being on the river, other days to sports and board games. Jokes were made every two by three and other days we played scouts all over the Camp in search of more and more beautiful views.

From the retreat I took amazing friendships, fraternizing with everyone or almost everyone became the easiest task. I can't say that I had the pleasure of sharing with everyone and that would be an impossible task but I did make affinity with amazing guys, friends who undoubtedly turned the experience into something unforgettable.

The spiritual retreat helped me to store indelible memories, forget the routine for a few days, laugh twice as much as I always do, fill my energy bar and make it that way for several days, grow as a person and above all, find myself.