De la universidad a la realidad. La lucha por el respeto profesional. / From college to reality. The struggle for professional respect. ESP./EN.

Pront: No es una decoración.

Cuando yo empecé a estudiar en la universidad, me esforzaba mucho por estar entre los mejores y, además, me esforzaba por sobresalir en mi área, tanto dentro como fuera de la universidad, y una de las acciones que hice fue la de empezar artículos, que después se fueron convirtiendo en papeles académicos en mi ámbito de estudios.

Después, cuando inicié la maestría, creé con unos profesores amigos una nueva línea de investigación a la que le dediqué todo mi tiempo y esfuerzo, obteniendo excelentes resultados. Por eso para mí el título valía profesionalmente mucho, dado todo el esfuerzo que puse en obtenerlo.

Y más allá del título, también tenía el reconocimiento como profesional, en el área académica y en el ámbito profesional, y eso realmente me hacía sentir orgulloso, ya que ese reconocimiento era un valor agregado a todo mi esfuerzo para ser un buen profesional.

Por eso tuve una fuerte impresión cuando llegué a trabajar en una institución del Estado que estaba dirigida por militares. De hecho, vi con mucho desagrado a excompañeros de la universidad y a personas que se llamaban a sí mismos profesionales bajar la cabeza ante las imposiciones y el maltrato ejercido por algunos jefes de departamento, que trataban a la gente como si fuesen soldados.

Recuerdo que el primer día de trabajo, un coronel se dirigió a mí y me dijo que le llevara un café, y vi cómo su cara cambió de color cuando le dije: “Usted sabe cómo es la cosa, yo soy un profesional y vine aquí a realizar una tarea para la que me contrataron y no para servirle café a usted. “Si usted quiere un café, se para y se lo sirve, y si usted quiere que le llame coronel, usted me llama a mí licenciado, ya que mi título no es una decoración”.

A partir de ese momento, comencé a confrontar y, en ocasiones, a ganarme el respeto de muchos de esos militares abusadores el poco tiempo que duré en esa institución, pero jamás entenderé cómo un grupo de profesionales graduados llegó a esa situación.

Pront: It's not a decoration.

When I started studying at the university, I tried very hard to be among the best and, in addition, I tried to excel in my area, both inside and outside the university, and one of the actions I did was to start articles, which later became academic papers in my field of studies.

Then, when I started the master's degree, I created a new line of research with some professors friends to which I dedicated all my time and effort, obtaining excellent results. That's why for me the degree was worth a lot professionally, given all the effort I put into getting it.

And beyond the degree, I also had recognition as a professional, in the academic area and in the professional field, and that really made me feel proud, since that recognition was an added value to all my effort to be a good professional.

That's why I had a strong impression when I came to work in a state institution that was run by military. In fact, I saw with great displeasure former university classmates and people who called themselves professionals lower their heads before the impositions and mistreatment exercised by some department heads, who treated people as if they were soldiers.

I remember that on the first day of work, a colonel came to me and told me to bring him a coffee, and I saw how his face changed color when I said, “You know how it is, I am a professional and I came here to perform a task for which I was hired and not to serve coffee to you. “If you want a coffee, you stop and serve it to him, and if you want me to call you colonel, you call me bachelor, since my degree is not a decoration.”

From that moment, I began to confront and, sometimes, to earn the respect of many of those abusive military the short time I lasted in that institution, but I will never understand how a group of graduate professionals got into that situation.