🌱𝙿𝚕𝚊𝚗𝚘𝚜, 𝚙𝚊𝚕𝚊𝚋𝚛𝚊𝚜: 𝚁𝚎𝚏𝚕𝚎𝚡𝚒ó𝚗 𝚍𝚎 𝙼𝚊𝚛𝚊𝚋𝚞𝚣𝚊𝚕 [𝙴𝚂𝙿/𝙴𝙽𝙶]

[Pero prefiero llamarlo sensibilidad. Hay quienes se comunican con el más allá a través de rituales, de médiums, de sueños. Yo lo hago con palabras]

Siempre he sabido que existen dos planos: el físico, que conforma la realidad, y otro nivel, donde habitan las voces que no vemos pero sentimos. Ese plano no está en los libros ni en los mapas, pero aparece cuando escribo. Es ahí, entre el silencio y el verso, donde me encuentro con los seres del más allá.

No son fantasmas que arrastran cadenas ni espectros. Hablo de presencias que se manifiestan en la palabra, en la cadencia de una frase que no parece mía, en el ritmo de un poema. A veces, mientras escribo, siento que no estoy solo. Que alguien —o algo— me acompaña. Que hay una mano que guía la mía, una voz que susurra desde otro tiempo.

I've always known that there are two planes: the physical, which shapes reality, and another plane, where the voices we don't see but feel dwell. This plane isn't in books or on maps, but it appears when I write. It's there, between silence and verse, where I encounter beings from beyond.

They aren't ghosts dragging chains or specters. I'm talking about presences that manifest themselves in words, in the cadence of a sentence that doesn't seem mine, in the rhythm of a poem. Sometimes, while I write, I feel I'm not alone. That someone—or something—is with me. That there's a hand guiding mine, a voice whispering from another time.

He aprendido a reconocer esos momentos. No son frecuentes, pero cuando llegan, lo sé. El aire cambia. El lenguaje se vuelve más preciso. Es como si los escritores que admiro —aquellos que ya no están— se acercaran a mi mesa, se sentaran a mi lado y me dijeran: “Escribe esto. Así. No de otra forma.”

Henry Miller, Alejandra Pizarnik, César Vallejo, Clarice Lispector… no los invoco, pero vienen. No los llamo, pero se presentan. A veces, en medio de un verso, siento el temblor de sus voces. Es comunión. Es diálogo. Es una forma de estar juntos más allá del tiempo.

¿Es locura? Tal vez. Pero prefiero llamarlo sensibilidad. Hay quienes se comunican con el más allá a través de rituales, de médiums, de sueños. Yo lo hago con palabras. Con el acto de escribir. Cada texto que nace de esa conexión lleva algo de mí y algo de ellos. Es una mezcla de memorias e intuiciones que no sé explicar.

I've learned to recognize those moments. They're not frequent, but when they come, I know it. The air changes. Language becomes more precise. It's as if the writers I admire—those who are no longer with us—approached my table, sat next to me, and said, "Write this. Like this. Not any other way."

Henry Miller, Alejandra Pizarnik, César Vallejo, Clarice Lispector… I don't invoke them, but they come. I don't call them, but they present themselves. Sometimes, in the middle of a verse, I feel the trembling of their voices. It's communion. It's dialogue. It's a way of being together beyond time.

Is it madness? Maybe. But I prefer to call it sensitivity. There are those who communicate with the beyond through rituals, mediums, dreams. I do it with words. With the act of writing. Every text that is born from that connection carries something of me and something of them. It's a mixture of memories and intuitions that I can't explain.

Hay días en que el más allá se manifiesta con fuerza. Escribo sin saber de dónde vienen las ideas. Las frases fluyen como si ya estuvieran escritas en otro plano y yo solo las transcribiera. Soy puente. Y cuando termino, leo lo que he escrito y me sorprendo. ¿De dónde vino esto? ¿Quién lo dictó?

No siempre es así. Hay días en que el más allá guarda silencio. En que las voces no vienen. En que escribo solo, desde mi carne y mi memoria. Pero incluso en esos momentos, sé que están ahí. Esperando. Observando. Tal vez probándome. Tal vez dejándome espacio.

Esta forma de comunicación no se enseña ni se aprende en talleres literarios. Es una experiencia que se cultiva con paciencia y respeto. Hay que estar dispuesto a ceder el control, a dejar que el texto tome su rumbo, y aceptar que no todo lo que escribimos nos pertenece. Que hay fragmentos que vienen de otro lugar.

Y ese lugar, para mí, es el más allá, una dimensión donde habitan las voces que nos preceden. Donde el lenguaje se purifica y donde la escritura se convierte en acto de fe.

There are days when the beyond manifests itself powerfully. I write without knowing where the ideas come from. The sentences flow as if they were already written on another plane and I were merely transcribing them. I am a bridge. And when I finish, I read what I've written and I am surprised. Where did this come from? Who dictated it?

It's not always like this. There are days when the beyond is silent. When the voices don't come. When I write alone, from my flesh and my memory. But even in those moments, I know they are there. Waiting. Watching. Perhaps testing me. Perhaps giving me space.

This form of communication is not taught or learned in literary workshops. It is an experience cultivated with patience and respect. You have to be willing to relinquish control, to let the text take its course, and accept that not everything we write belongs to us. That there are fragments that come from somewhere else.

And that place, for me, is the beyond, a dimension where the voices that precede us dwell. Where language is purified and where writing becomes an act of faith.

Escribir, es recibir. Es abrirse a lo que no se ve, a lo que se siente en el pecho y en la punta de los dedos. Es aceptar que somos parte de una cadena de voces que se entrelazan, y se responden.

Lo dicho, como escritor, soy apenas un eslabón. Uno que escucha y que traduce, que, en medio de la noche, se sienta frente a la página y espera. Porque sé que, en algún momento, el más allá hablará. Y yo estaré listo para escribir. Ojalá que sí.

To write is to receive. It's to open oneself to what is unseen, to what is felt in one's chest and in one's fingertips. It's to accept that we are part of a chain of voices that intertwine and respond to each other.

As I said, as a writer, I am merely a link. One who listens and translates, who, in the middle of the night, sits in front of the page and waits. Because I know that, at some point, the beyond will speak. And I will be ready to write. I hope so.

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