Mi amanecer de todos los lunes

Todos los días pasan cosas buenas

Arranco agosto, mes de la celebración en mi hogar, y en mi vida también es una celebración de todo lo que me pasa. Esa celebración comienza con los agradecimientos por las cosas buenas y por las cosas que algunos consideran no tan buenas. Yo las considero aprendizaje.

Este mes, para mí, es de celebración de cumpleaños. Mañana martes, 5 de agosto, mi hija menor, mi princesita Sofía, estará cumpliendo 15 años. Parece que fue ayer cuando escuché sus gritos desde el pasillo para entrar al quirófano.

Pero hoy lunes también celebro eso: que es el primer lunes del mes de agosto, el primer día de la semana donde todo es oportunidad. Y aunque mi hija no es la única en mi familia que cumple años en agosto, también están mi hermana y mi cuñada.

Y celebro, como quien enciende una vela, aunque ya haya luz. Porque agosto me enseña que no hay que esperar grandes cosas para sentir gratitud. Hoy, por ejemplo, agradezco el café que compartí con mi esposa, ese “aquí voy” nuevo día que dije al cruzar el pasillo y bajar los cuatro pisos de mi edificio, y el aire tibio que me recibió al abrir la puerta para salir hacer ejercicios y tomar las fotos de un hermoso amanecer. Todo eso es mío, todo eso está vivo.

Cuando uno llega a cierta edad ya con los cincuenta y pico y el alma llena de memorias, pero de buenas y de las que se aprende que lo importante no siempre hace ruido. Sofía cumple 15 y yo celebro sus silencios también: sus gestos, su forma de mirar, esas respuestas que no necesitan palabras. Y celebro a mi hermana, que siempre ha sido una mano derecha, y a mi cuñis, que entrega alegría. Este mes es casa llena de cariño.

Agosto me recuerda que los lunes no son para apurarse, sino para reencontrarse. Que los cumpleaños no son solo fechas, sino señales de que seguimos aquí, atravesando días, acompañándonos, aprendiendo.

Feliz lunes. Que algo bueno les pase. Que lo reconozcan. Y si no lo ven todavía, quizás solo necesiten cerrar los ojos… para aprender a verlo con el corazón.

Citaré la frase de alguien a quien le tengo mucho cariño, y ella siempre dice, que la vida los trate bonito.

Feliz lunes

Como dice el refrán… El sol no espera por nadie. Pero siempre sale para todos.

Solo dedícate a ser feliz encontrar tu luz, segundo a segundo.

My Monday Morning Sunrise

Good things happen every day.

I begin August, a month of celebration in my home, and in my life too—it’s a celebration of everything that happens to me. And that celebration starts with giving thanks for the good things, and even for those that some might not see as so good. I consider them lessons.

This month, for me, is filled with birthday celebrations. Tomorrow, Tuesday, August 5th, my youngest daughter—my little princess Sofía—will be turning fifteen. It feels like just yesterday I heard her first cries from the hallway as I was called into the delivery room.

But today, Monday, I also celebrate this: that it’s the first Monday of August, the first day of the week, where everything is an opportunity. And although my daughter isn’t the only one in my family celebrating a birthday this month—my sister and my sister-in-law also do—I celebrate each of them with love.

And I celebrate, like someone lighting a candle even when there’s already light. Because August teaches me that you don’t need something grand to feel grateful. Today, for example, I’m thankful for the coffee I shared with my wife, for the “here I go” I said stepping into the hallway and down the four flights of my building, for the warm air that greeted me as I opened the door to exercise and capture the sunrise in photos. All of that is mine. All of that is alive.

When you reach a certain age—fifty-something—and your soul is full of memories, both joyful and those you learn from, you come to understand that the important things don't always make noise. Sofía turns fifteen, and I celebrate her silences too: her gestures, the way she looks, the answers she gives without saying a word. I also celebrate my sister, always my right hand, and my sister-in-law, whose laughter carries joy. This month, our home overflows with affection.

August reminds me that Mondays aren’t for rushing, but for reconnecting. That birthdays aren’t just dates, but reminders that we’re still here—living through the days, walking together, learning.

Happy Monday. May something good happen to you. May you recognize it. And if you don’t see it yet, maybe you just need to close your eyes… to learn to see it with your heart.

I’ll quote a phrase from someone I hold dear. She always says: May life treat you kindly.

Happy Monday.

As the saying goes… The sun waits for no one. But it always rises for everyone.

Just focus on being happy—finding your light, second by second.

Todas las fotos son de mi propiedad

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Para ser feliz solo debes tomar tu propia decisión. / To be happy, you just have to make your own decision.

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