En busca De Nuevos Horizontes.
𝐇𝐨𝐲 𝐞𝐬 𝐣𝐮𝐞𝐯𝐞𝐬, «𝐞𝐥 𝐜𝐮𝐞𝐫𝐩𝐨 𝐥𝐨 𝐬𝐚𝐛𝐞», 𝐞𝐥 𝐝𝐢́𝐚 𝐝𝐞𝐥 #𝐓𝐁𝐓. Encontrarse con el recuerdo en las tantas aristas del tiempo. Es que el tiempo, es ese tejedor incansable de memorias y emociones. Bien, aquí vamos de nuevo:
En busca De Nuevos Horizontes
Cuando observo la foto de mi amigo Eder Cueto, esa que se tomó en diciembre 2024, en Portugal, siento ese calorcito de hogar, ¿sabes? Aunque esté lejos. Es como si te asomaras a una ventana y vieras de golpe toda una vida de aguante, de amor por los suyos y de esa pelea constante por un futuro mejor. Ahí está Eder, tan campante en un sillón de cuero negro, con una pierna cruzada, como quien dice “aquí estoy, tranquilo dentro de todo este lío de empezar de nuevo”. La sonrisa no es de foto, se le ve de verdad, y ese pulgar arriba…, ¡un clásico! Es como un mensaje para su gente: “Oigan, que aunque la cosa esté dura, aquí seguimos, con fuerza”. Va vestido cómodo, un suéter clarito, vaqueros, y esas zapatillas que te dicen que no para quieto, que está listo para lo que venga.

Cortesía de mi amigo Eder Cueto (2024), vía WhatsApp.
A su derecha, fíjate, un árbol de Navidad con sus lucecitas de colores y algunos adornos. Le pone el toque festivo y, claro, un pellizco de nostalgia a la escena. Es el símbolo de una Navidad distinta, lejos de Yasaida, su esposa, y de sus tres hijos, que siguen en Caracas. Detrás de él, una estantería con libros, todos bien ordenaditos, parece su rincón para leer o estudiar. Y el suelo, de esas baldosas color terracota, te da la sensación de un hogar sencillo, pero de esos que te abrazan. Hasta una lata de refresco por ahí, cerca del árbol, le da ese toque de “así es mi día a día” a este retrato de un hombre adaptándose a su espacio temporal.
Esta foto, aunque sea de hace poco, es solo un cachito de la película de su vida, una vida que ha estado marcada por ir de un lado a otro. Eder llegó a Venezuela desde su Colombia natal cuando era un chico, con apenas diez años. Sus padres, en aquel entonces, vieron en Venezuela una tierra de oportunidades, ¡la Venezuela de la bonanza! Y se fueron para allá a buscar un futuro mejor. Caracas lo vio crecer, enamorarse, formar una familia con Yasaida y ver nacer a su hijo y sus dos hijas. Durante casi veinte años, Venezuela fue su casa, el centro de su mundo y de sus sueños.
Pero ya sabemos cómo cambian las cosas… La Venezuela, que fue refugio y esperanza para tantos, hoy vive una situación económica, social y política que tela. Y eso fue lo que empujó a Eder, hace solo un par de años, a hacer el camino al revés que sus padres: le tocó emigrar. Dejó atrás la tierra que lo vio hacerse hombre para buscar en Europa, entre Portugal y España, esas oportunidades que su país de adopción ya no le ofrecía con tanta facilidad.
La vida, con sus ironías, lo puso en esa doble piel: de ser inmigrante en una Venezuela que prometía, a ser emigrante de una Venezuela con problemas. Es algo que muchos entendemos; yo mismo agarré un camino parecido hace quince años, y sé de primera mano ese remolino de emociones, esa mezcla de ilusión y morriña que te acompaña cuando estás lejos de casa.
Qué alegría me dio saber que Eder consiguió hace poco su carnet de residencia en Portugal. ¡Menudo paso en este camino! Y tiene toda la lógica que quiera instalarse en España, por el idioma y todo eso, pensando no solo en él, sino en cuando pueda llevarse a la familia. El curro bestial que implica trabajar sin parar para reunir a su esposa e hijos en Europa es la prueba más grande de lo mucho que los quiere y de su compromiso.
Esa sonrisa y ese pulgar arriba en la foto no son para la galería, ¡eh! Son la pura estampa de un tipo que no se rinde, de alguien que, a pesar de la distancia y los palos, sigue creyendo en un futuro mejor para los suyos. Desde estas líneas, le mando toda mi admiración y la mejor de las suertes. Que cada trámite salga rodado, que se le abran todas las puertas, y que muy pronto pueda estar abrazando a Yasaida y a sus hijos en ese nuevo hogar que está levantando con tanto sudor y cariño. La vida del que emigra es como estar siempre haciendo y deshaciendo, pero la esperanza y el amor son los hilos que más fuerte tiran. ¡Adelante, Eder, campeón!
Si quieres participar, me parece que aún estás a tiempo, tienes hasta las 11:59 pm de HOY JUEVES, así que apúrate y recuerda cumplir las reglas.
ℂ𝕠𝕟𝕔𝕦𝕣𝕤𝕠 𝕕𝕖 𝕋𝔹𝕋 - 𝕌𝕟 𝕕𝕚́𝕒 𝕕𝕖 𝕖𝕤𝕠𝕤.
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Portada de la iniciativa.
A ver si se animan, las amigas @tiffanny y @faniaviera, y el amigo @silher…


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