¿A Picture is Worth a Thousand Words? Daily Freewrite Prompt!
It's been a long time since I last wrote for the prestigious #freewriters community, but recently, despite not having published anything due to my heavy workload, I've been thinking about revisiting some topics I've left behind.
While reviewing the community, I came across their daily challenge, entitled: [A Picture is Worth a Thousand Words](https://peakd.com/hive-161155/@freewritehouse/ While reviewing the community, I came across their daily challenge, titled: A Picture is Worth a Thousand Words. And that was it, I immediately got started. By the way, it would be a good exercise for @oacevedo, whom I haven't seen in a while.
I confess that I have never been particularly fond of the expression.
As someone who works with language, teaching it and doing creative writing, I believe that this statement can be understood as a declaration of the immense possibilities of words.
If you have ever visited my blog, you will have seen that, apart from writing, I am passionate about many other things, including images: I draw, make collages, take photographs...
From my modest experience with images and words, I believe that a thousand images sometimes cannot say what a single word expresses. Perhaps I cannot write that word. Not even a thousand that say the same thing as an image, but I have read them. Words spoken with the force of some can cause an image to expand in a thousand different directions.
El sueño de la Razón produce monstruos. Dominio Público.
When I say coins, I am not only revealing a material aspect of the image, but also opening up its meaning to less material and less obvious meanings. The coins in the image are coins, but my words are more than coins.
There is a rather lurid story by a Venezuelan author, Guillermo Meneses, which is very interesting and quite disturbing, called La mano junto al muro (The Hand by the Wall). In it, a prostitute reflects: “If a coin is the measure of love, can anyone desire a coin as one desires a heart?”
It is a terrible phrase that causes deep sadness in the context of the story, because she knows nothing else and for her, the measure of life is in small coins that she exchanges for her misery.
To say that I see coins in the image of the challenge is both true and false at the same time. Because when I say that I see coins, and especially when I say it, I put into words everything that words mean and convey; this little phrase can mean many things.
There is a small purse in the image that contains coins. It is a new purse, and I think that a new purse tells me less than an old one, because there is value in history. Perhaps many coins have passed through it, each with its own significance. The measure of hunger or despair, or of a desire or a whim. A coin can be all that and more.
But the coin purse in the photo is quite new, made of synthetic fabric that imitates leopard skin, with a plastic clasp, as if to declare: “Look, I have some loose change here.” The light that illuminates the coins is cold and flat. The coins are new. The photo doesn't want to leave much to the imagination; there are no shadows, almost nothing hidden except for the other coins that are not yet visible. This coin purse doesn't seem to tell dramatic stories.
Now, if I construct a little story and put this coin purse in the purse of a woman facing her last day of life... things happen.
¿Una imagen dice más que mil palabras? Daily Freewrite Prompt!
Hace mucho tiempo no escribía para la prestigiosa comunidad de
#freewriters, pero recientemente, a pesar de que no he publicado por la enorme carga de trabajo que he tenido, he estado pensando en retomar algunos temas que he ido dejando. Al revisar la comunidad, me he encontrado con su reto diario, titulado: A Picture is Worth a Thousand Words. Y listo, inmediatamente he comenzado.Por cierto, sería un buen ejercicio para @oacevedo, que hace un tiempo no lo veo.
Confieso que nunca me ha gustado mucho la expresión.
Como persona que se dedica al lenguaje, pues lo enseño y hago escritura creativa, creo que esta afirmación puede entenderse como una declaración de minusvalía de las inmensas posibilidades de las palabras.
Si has visitado alguna vez mi blog, habrás visto que, aparte de la escritura, me apasionan muchas otras cosas, incluidas las imágenes: dibujo, hago collages, fotografía...
Desde mi modesta experiencia con las imágenes y las palabras, creo que mil imágenes a veces no pueden decir lo que una palabra expresa. Tal vez yo no pueda escribir esa palabra. Ni siquiera mil que digan lo mismo que una imagen, pero las he leído. Las palabras dichas con la fuerza de algunos pueden hacer que una imagen se expanda en mil direcciones distintas.
El sueño de la Razón produce monstruos. Dominio Público.
Cuando digo monedas, no estoy solo descubriendo un aspecto material de la imagen, sino que estoy abriendo su sentido hacia significado menos materiales y menos evidentes. Las monedas en la imagen son monedas, pero mis palabras son más que monedas.
Hay un cuento bastante escabroso de un autor venezolano, Guillermo Meneses, muy interesante y bastantes cabroso, que se llama La mano junto al muro. En él una prostituta reflexiona: “Si una moneda es la medida del amor, puede alguien desear una moneda como se desea un corazón”.
Es una frase terrible y que produce una profunda tristeza en el contexto del cuento, porque ella no conoce otra cosa y para ella la medida de la vida está en pequeñas monedas que canjea por su miseria.
Decir que veo monedas en la imagen del reto es cierto y es falso al mismo tiempo. Porque cuando digo que veo monedas, y sobre todo cuando lo digo, pongo en palabras todo lo que las palabras significan y arrastran; esta pequeña frase puedo estar diciendo muchas cosas.
Hay en la imagen un pequeño monedero que contiene monedas. Es un monedero nuevo y pienso que un monedero nuevo me dice menos cosas que uno viejo, pues hay valor en la historia. Tal vez por él hubieran pasado muchas monedas, cada una con su propia carga. La medida del hambre o de la desesperación, o de un deseo o de un capricho. Una moneda puede ser todo eso y más.
Pero el monedero de la foto es bastante nuevo, de tela sintética que imita la piel de un leopardo, de cierre plástico, como si declarara: "Mira, tengo aquí algo de calderilla". La luz que ilumina las monedas es fría y plana. Las monedas son nuevas. Lafoto no quiere dejar mucho a la imaginación, no hay sombras, casi no hay nada oculto como no sean las otras monedas que aún no se asoman. Este monedero no parece hablar de historias dramáticas.
Ahora bien, si construyo una pequeña historia y pongo este monedero en la cartera de una mujer que afronta su último día de vida... pasan cosas.