My little everyday miracles / Mis pequeños milagros cotidianos (eng-esp)

Hello, friends of Green Zone.

I think I'm just in time to join @neuropoeta's initiative on small everyday miracles.

I swear, after reading what several members of the community have written, I have little left to say. However, thank God, if there's anything in this world, it's those small miracles that often go unnoticed by some.

One in particular comes to mind. Everyone knows I'm a writer, so I've always focused on promoting reading and literature among young people and children. That's why, last year, when I started working as a history teacher at the art school, that was one of my goals.
And that's when my little miracle arose: several students began to read. I trusted just one. However, five of them read works by Whitman, Villena, and several Cuban authors. They even attended the book fair activities.

Speaking of which, teaching. Only those who stand in front of a classroom with the responsibility of helping these rebellious teenagers learn a subject they have no interest in, and manage to get them interested and, moreover, learn, will understand why I call it a miracle. Nowadays, friends, it is a true miracle.
Another miracle is friendship.

True friendship. The kind that's fireproof, that's proof against shortcomings, successes, and social status. The friendship that's always there for you, that doesn't judge, and that always offers a hand, a shoulder, and a sincere, undisguised truth.
Having friends today, when we live in a world increasingly focused on individuality, money, and the "every man for himself" mentality, is a miracle that not everyone knows how to appreciate.

And finally: working in what you love and being able to make a living from it. That's a true everyday miracle that not all of us have the pleasure of enjoying.
I decided to write and make a living from my writing. I haven't achieved it yet, but for now, I'm content with writing for a living. Writing and reading fill my soul, they nourish my spirit. If it also makes me money, well, what more could I ask for?

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Versión en español

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Hola, amigos de Green Zone.

Creo llegar a tiempo para unirme a la iniciativa de @neuropoeta sobre los pequeños milagros cotidianos.
Les juro que después de leer lo que han escrito varios de los miembros de la comunidad, me queda poco por decir. Sin embargo, gracias a Dios, si algo sobra en este mundo, son esos pequeños milagros que suelen pasar imperceptibles a algunos ojos.

A la mente me viene uno en especial. Todos saben que soy escritor, por lo que siempre me he enfocado en fomentar la lectura y la literatura en los jóvenes y niños. Por eso, el año pasado, cuando comencé a trabajar como profesor de historia en la escuela de arte, aquel fue uno de mis objetivos.
Y ahí surgió mi pequeño milagro: varios alumnos comenzaron a leer. Yo me confiaba con uno simplemente. Sin embargo, fueron cinco los que se leyeron obras de Whitman, Villena y de varios autores cubanos. Incluso, asistieron a las actividades de la feria del libro.

Hablando de eso, enseñar. Solo aquel que se para frente a un aula con la responsabilidad de que esos adolescentes rebeldes, aprendan una asignatura de la que no tienen el más mínimo interés, y logras que se interesen y que, además, aprendan, sabrán por qué lo llamo un milagro. Hoy en día, amigos, es un verdadero milagro.
Otro milagro es la amistad.

La amistad verdadera. Esa que es a prueba de fuego, de carencias, de éxitos, de status social. La amistad que siempre está ahí para ti, la que no juzga y la que siempre te brinda la mano, el hombro y la verdad sincera y sin máscaras.
Tener amigos hoy, cuando vivimos en un mundo cada vez más mentalizado en la individualidad, en el dinero y en el sálvese quien pueda, es un milagro que no todos saben valorar.

Y, por último: trabajar en lo que te gusta y poder vivir de tu trabajo. Ese es un verdadero milagro cotidiano del que no todos tenemos el placer de disfrutar.
Yo decidí escribir y ganarme la vida con mi literatura. Aún no lo consigo, pero de momento, me conformo con escribir para vivir. Escribir y leer me llenan el alma, me alimentan el espíritu. Si además, me da dinero, pues ¿qué más puedo pedir?