Always choose happiness / Elige siempre la felicidad (eng-esp)

Hello, my friends.

I've lived enough years to know that there are thousands, millions of reasons to be sad. Right now, in the wake of Hurricane Melissa, the island is full of those reasons.

There are damaged houses, flooded streets, lost power, the daily struggle to find the basics. Reality is harsh, and no one, absolutely no one, can deny it.

But I've also learned a truth that's stronger than any hurricane: you have to choose the happy side of life.

This isn't magic; it's the best decision you can make. One you make every morning when you wake up.

It's not about ignoring the problems we all have; it's about not focusing all your energy on them.

The glass will always be half empty and half full. The question is which half you choose to focus on. If you only see what's missing, you become paralyzed. On the other hand, if you focus your attention on what you have, that's when you find the strength to continue.

Choosing to be happy isn't frivolous; it's a survival tool we've created for ourselves.
Of course, friends, when you choose joy, problems don't disappear, but they do become more manageable.
Anger and bitterness cloud your judgment. They make you irritable, they close off paths, and they isolate you from those who can help you.
On the other hand, joy clears the mind. It may seem like a cliché, a cliché, or something straight out of a self-help book, but it isn't.
It allows you to think clearly, finding solutions where before you only saw obstacles.

Furthermore, no one likes negative people. However, a person with a positive attitude is not only more pleasant to others, but is more effective at solving their own problems.

They become a better version of themselves in every way.

That's why, now more than ever, I insist that we should give thanks. We need to take a mental inventory of what we do have.

Our health, if we have it. Our family, even if it's worried. The ability to work, to use our hands and our talent to rebuild. The opportunities, however small, that each new day brings.

We should be happy, deeply happy, simply for being alive.

Believe me, after spending the night listening to the wind roar, feeling the world crumble, waking up and seeing the light of day, seeing the faces of your loved ones safe, that's no small feat.

That's the ultimate.

That's the foundation upon which everything else is built again. Life is the greatest asset. As long as there's life, there's possibility.

As long as we breathe, we have the raw material for hope.

Choosing the happy side isn't being naive. It's being strategic. It's understanding that your mood is the engine that propels you through adversity.

It's the difference between being a victim of circumstances and being the architect of your own recovery.
That's why I choose (and choose) to be happy for what I have and what you have. And tomorrow, I'll choose the same thing again. That's the choice that keeps us going.

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Versión en español

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Hola, amigos míos.

He vivido suficientes años para saber que hay miles, millones de razones para estar triste. En este momento, tras el paso del huracán Melissa, la isla está llena de esas razones.
Hay casas dañadas, calles anegadas, la luz que se va, la lucha diaria por encontrar lo básico. La realidad es dura y nadie, absolutamente nadie, puede negarlo.

Pero también he aprendido una verdad que es más fuerte que cualquier huracán: tienes que elegir el lado feliz de la vida.
Esto no es un acto de magia, es la mejor decisión que puedes tomar. Una que tomas cada mañana al despertarte.
No se trata de ignorar los problemas que todos tenemos; se trata de no enfocar toda tu energía en ellos.

El vaso siempre estará medio vacío y medio lleno. La cuestión es en qué mitad decides fijar tu mirada. Si solo ves lo que falta, te paralizas. En cambio, si enfocas tu atención en lo que tienes, ahí es cuando encuentras la fuerza para seguir.

Elegir ser feliz no es una frivolidad; es una herramienta de supervivencia que nos hemos creado.
Por supuesto, amigos, cuando eliges la alegría, los problemas no desaparecen, pero sí que se vuelven más manejables.
El enojo y la amargura nublan tu juicio. Te vuelven irritable, te cierran los caminos, te aíslan de quienes te pueden ayudar.
En cambio, la alegría despeja la mente. Puede parecer un cliché, frase hecha o algo salido de un libro de autoayuda, pero no lo es.
Eso te permite pensar con claridad, encontrar soluciones donde antes solo veías obstáculos.

Además, las personas negativas no le agradan a nadie. Sin embargo, una persona con una actitud positiva no solo es más agradable para los demás, es más eficaz para resolver sus propios asuntos.
Se convierte en una mejor versión de sí misma en todo sentido.

Por eso, ahora más que nunca, insisto en que debemos dar gracias. Tenemos que hacer un inventario mental de lo que sí tenemos.

Nuestra salud, si la tenemos. Nuestra familia, aunque esté preocupada. La capacidad de trabajar, de usar nuestras manos y nuestro talento para reconstruir. Las oportunidades, por pequeñas que sean, que cada nuevo día trae.
Debemos estar felices, profundamente felices, por el simple hecho de estar vivos.

Créanme, después de haber pasado la noche escuchando al viento rugir, sintiendo que el mundo se desmorona, despertar y ver la luz del día, ver las caras de tus seres queridos a salvo, eso no es poca cosa.
Eso es lo máximo.
Ese es el cimiento sobre el que se vuelve a construir todo lo demás. La vida es el activo principal. Mientras haya vida, hay posibilidad.
Mientras respiremos, tenemos la materia prima para la esperanza.

Elegir el lado feliz no es ser ingenuo. Es ser estratégico. Es entender que tu estado de ánimo es el motor que te impulsa a través de la adversidad.

Es la diferencia entre ser una víctima de las circunstancias y ser el arquitecto de tu propia recuperación.
Por eso elijo (y elige) estar feliz por lo que tengo y tienes. Y mañana, volveré a elegir lo mismo. Esa es la elección que nos mantiene en pie.